CeMe..
..te necesito.
Te necesito. Cerca, quiero decir.
Necesito poder abrazarte, olerte, y darte un beso.
Atada a ti me siento libre.
Vivo pasando una y otra vez por mi retina tus sonrisas,
intentando sentir desde aquí lo que es estar a tu lado. -aunque es imposible olvidarlo.
Lo que daría yo por que fuera domingo todavía,
y poder robarte un beso más,
dejarte con una lágrima menos.
Te quiero.
391 km.
Yo no puedo buscarte cuando tengo un mal día.
Pegar un portazo, plantarme bajo tu ventana, esperar que bajes y darte un abrazo.
No puedo, y me da rabia.
Tengo que hacer cócteles de tristezas, lágrimas, penas, y bebérmelos yo sola.
Intentando no atragantarme.
Haciendo malabarismos con mi facilidad para ahogarme.
Te echo de menos..
...
Odio la incertidumbre.
Esa sensación de ver cómo pasa el tiempo,
y no saber qué es lo que vendrá.
Yo solo puedo esperar.
No sé qué va a pasar ahora,
la impotencia sigue llamando a la puerta,
y estoy sola.
Me pongo los cascos,
para no oírla, pero se asoma por cada rendija.
No tengo suficiente fuerza para levantarte,
debería ser capaz de hacerlo solo con mirarte..
Esperaré haciendo cosas,
para no desesperar.
~
ÑÚ!
"...en unas horas volveré a estar contento, y haremos barbacoas con las ovejas decapitadas que cuento; cuando doy vueltas en la cama hasta correrme sabiendo que eres la maquinista de todos mis trenes."
Te quiero.
Modo aleatorio.
He salido al balcón,
y las nubes parecían decirme que entrara a la habitación,
al hacerlo me he topado con Hasél en modo aleatorio,
hasta mi ipod sabe qué quiero escuchar y cuando.
No era feo el color del cielo,
pero no me gusta ver que se hace tarde,
que se me va el tiempo,
y tú no estás aquí dándome la mano,
para hacer records de besos por minuto.
Cruzo los dedos.
Sigue sonando Hasél,
y dejo que sus palabras caigan sobre mi cabeza,
intentando que se vaya el dolor que llevo toda la tarde sobre ella.
La única Aspirina que me quita todos los males,
no es de Bayern,
es de Madrid,
y no se disuelve en agua.
Te quiero.
Garabateo..
nuestras risas en la almohada,
Y no un punto final.
No sé a qué altura está mi cuerda,
pero la noto tensa,
y nunca se me ha dado bien mantener el equilibrio en las alturas.
Normalmente, las cosas se ven mejor desde lejos,
pero yo a ti te preferiría cerca.
No me sale nada,
intento escribir,
y fallo.
Idas y venidas.
He cruzado las piernas para deshacer el nudo de tu garganta,
prometo encerrarme en tu ombligo cuando no sepa donde ir
y me hagas falta.
Me sentaré bajo tu espalda,
sosteniendo tu sonrisa cada madrugada,
arañando tus ganas.
Sé que algún día comprenderás por qué no lo hice,
y en caso de que no lo entiendas,
prometo explicártelo.
No me gustan los trenes desde el domingo,
dejan un sabor amargo,
un cóctel agrio si los mezclas con una despedida. -aunque sea temporal.
Antes de lo que imaginas,
volveré a estar en mi lado del sofá,
a tu izquierda al despertar,
y...
...everywhere.
Te quiero.
2.26..
Nunca se hace tarde para dormir cuando no estás.
Es como si el tiempo perdiera valor,
como si las manecillas del reloj avanzaran para nada.
Sin un objetivo, sin balas.
Doy vueltas en la cama,
me rebozo en tu ausencia.
Es algo tarde para andar en busca de paradojas,
así que me siento,
miro al cielo y lo veo negro.
Me pican las ganas de besarte,
y no puedo rascarme.
Hago equilibrios creyendo que hay una meta donde esperarte.
¿Sabes? jamás una mirada me había congelado,
nunca el color de unos ojos había pintado mis sueños.
Por mucha poesía que escupan estos dedos, todo será poco,
ya puedo pasarme la vida rimando que nada está a la altura de tus versos,
ni de tus besos.
Abrázame cómo aquel sábado,
y el domingo, haz lo que quieras conmigo,
menos dejarme ir.
Voy a meterme en la cama,
salir de aquí,
cerrar los ojos,
abrirte las piernas,
e intentar dormir.
Te quiero.
Esta noche me pesa.
Me pesa tanto como tus lágrimas del domingo,
como el frío del lunes.
Alguna vez me has pedido la Luna,
que te la baje.
Ya he encontrado la forma,
lo haré.
Lo único que va a interponerse entre tu cuerpo y el mío
será el aliento.
Aunque me dejes sin él cuando me miras.
Antes era el frío lo que erizaba mi piel,
el calor quien me hacía sudar,
la música la culpable de que estremeciera,
el sol me calentaba,
la noche me acompañaba,
y ahora,
desde que has llegado tú,
los tengo a todos en la cola del paro.
Los has dejado sin trabajo,
sin nada que hacer,
porque tú eres capaz de todo.
Te quiero.
26.
M.
Lo mejor del mundo es que existas.
Bueno no, mentira.
Lo mejor, es que seas capaz de quererme.
Ni con siete vidas me veo capaz de explicarte lo que siento.
Quiero hacerte el amor. Necesito hacerte el amor.